estudiar improvisación

Estudiar improvisación

La idea de estudiar improvisación parece en sí misma una contradicción.Si estás leyendo esto seguramente estás buscando algo nuevo en tu forma de improvisar.

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Más allá del nivel en el que nos encontremos, llega un momento donde tenemos la sensación de estar tocando siempre lo mismo, o que nuestras frases no llegan a transmitir lo que queremos decir. Percibimos una diferencia entre lo que sentimos o escuchamos y lo que podemos expresar.

Conocemos una o varias escalas y las tocamos de arriba para abajo, y lo que en principio resultaba atractivo y creativo, nos ha cansado. Todos los músicos pasamos por estos momentos y es cuando retomamos el estudio, con nuevos enfoques y su práctica.

Este post es parte de mi ebook El Camino de la Improvisación disponible en amazon, iTunes y Googleplay

En este libro veremos una gran cantidad de herramientas para desarrollar el fraseo y los solos, muchas veces utilizando recursos que ya conocemos pero desde otro punto de vista, detallando como practicarlos, como tocar con ellos y cómo lograr un estilo propio que dará identidad a nuestros solos.

El camino de la improvisación es un camino de autoconocimiento, una búsqueda que nos acompañará toda la vida y un espejo de nuestro crecimiento personal.

La delgada línea que separa aquello que podemos cambiar o mejorar de aquello con lo que tenemos que aprender a convivir es lo que definirá nuestro estilo como músicos, entendiendo que cuando tocamos, tocamos lo que somos, y somos lo que nos permitimos ser.

En la improvisación se manifiesta nuestro temor a mostrarnos, nuestras exigencias y tolerancias, la capacidad de comunicarnos (de escuchar e intervenir), la paciencia y la constancia, nuestro ego, la competencia, el lugar que damos a los otros, nuestro lugar en el grupo, etc.

El trabajo con los conceptos armónicos, con las escalas y los acordes, nos enfrenta a un reto aún mayor que consiste en encontrar la libertad conviviendo con las reglas.

Las distintas propuestas que encontraremos en este libro y el trabajo regular con ellas, no son una fórmula para la improvisación, sino una cantidad de recursos de los que podremos hacer una selección, descartando aquellos con los que no nos sintamos cómodos por diferentes motivos. Claro está que para eso primero tendremos que experimentarlos y conocerlos.

Reconocernos en el qué y el cómo tocamos nos abrirá nuevos caminos hacia nuestro propio estilo.

Estudiar improvisación con los cinco centros

En el estudio de la música en general, y en la improvisación en particular, podemos distinguir cinco centros que participan en el aprendizaje de forma sucesiva o simultánea y que no siempre están desarrollados en la misma medida, o lo que es peor, utilizamos alguno de estos centros para ciertas actividades que corresponden a otro.

Estos centros son: racional, motriz, sensorial, emocional e intuitivo. Esta idea está basada en el libro “Psicología de la posible evolución del hombre” (P. D. Oupensky, ed. GAIA).

Racional: es todo aquello que tiene que ver con el entendimiento a través de la razón, como la armonía, el solfeo, los estilos musicales, etc.


estudiar improvisaciónMotriz
: es el aprendizaje de los movimientos corporales en la interacción con nuestro instrumento, principalmente la técnica y la relación que establecemos a través de estos movimientos con los demás centros.

Las mínimas distancias que deben recorrer nuestros dedos para trasladarse de una nota a otra no son comunes en nuestra vida diaria y tal precisión requiere de mucho entrenamiento para lograr maestría en la interpretación, velocidad y por lo tanto relajación. Esto se traducirá en la calidad de sonido que podamos obtener.

Sensorial: en nuestro caso es el desarrollo del oído, identificando notas, intervalos, escalas, acordes, etc.

Si bien algunas personas tienen una cualidad innata o aprendida en forma inconsciente en sus primeros años de vida, generalmente por el entorno donde se han educado, otros necesitarán práctica para educar el oído. Algo que es posible a pesar de ciertas creencias.

Emocional: Entrar en contacto con nuestras emociones, en la improvisación, la composición o la interpretación; es lo que establecerá una relación cercana con nuestros oyentes y con nosotros mismos, transmitiendo un mensaje cercano sobre “aquello” que tenemos para decir.

Sin entrar en aspectos psicológicos, existen varias técnicas para el desarrollo de la creatividad que tienen que ver con este tema y que apuntan a que podamos permitirnos expresar nuestras emociones sin barreras ni prejuicios.

Amor, rabia, tristeza, euforia; cualquier estado emocional momentáneo podrá fluir por igual sin categorías éticas o morales.

Intuitivo: Según la RAE intuición es: “ Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento.”, según Wikipedia: “(del latín intueri «mirar hacia dentro» o «contemplar») es un concepto de la Teoría del conocimiento aplicado también en la epistemología que describe el conocimiento que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción o del razonamiento, siendo considerado como evidente.”

Podríamos decir entonces que tratar de definir lo que es la intuición sería algo contradictorio. En cualquier caso lo importante es que cuando hablamos de intuición sabemos de lo que estamos hablando.

Esta cualidad será importante preservarla a medida que avanzamos en el estudio de la música, ya que nos garantizará la frescura en la improvisación, más allá de las influencias que hayamos tenido.

Estos cinco centros están conectados entre sí y la información irá trasladándose de uno a otro en forma fluida si no intervenimos voluntariamente en ello, impidiendo esta comunicación.

Por ejemplo cuando aprendemos a conducir un coche los primeros pasos son puramente teóricos (racionales): embrague, primera, acelerador, etc.

Con la práctica, este mecanismo se va trasladando al centro motriz, es decir que nuestro cuerpo va memorizando estos movimientos y los vamos haciendo si necesidad de pensar en ellos detalladamente, lo que hace todo más fluido y eficaz.

Si por algún motivo nos empecináramos en seguir efectuando este proceso en forma racional, la conducción se haría lenta y torpe; y seguramente cometeríamos muchos errores por la inseguridad que nos puede plantear nuestro pensamiento, la falta de memoria, etc.

Es decir que la necesidad que en primer término hemos tenido de la razón para comenzar el proceso de aprendizaje, se volverá una dificultad si no dejamos que se traslade a su centro correspondiente.

En la música el mecanismo es mucho más complejo, ya que intervienen más elementos condicionantes.

Seguramente hayas desarrollado uno de estos centros más que otros, es lo que suele suceder. Cuando nos acercamos a la música por primera vez nos apoyamos en lo que más fácil se nos da y por consiguiente lo desarrollamos más.

Si tenemos facilidad auditiva, imitaremos aquellos músicos que nos gustan copiando sus frases, desarrollando más el oído, sin saber quizás que estamos tocando, ni utilizando una técnica adecuada, lo que luego nos marcará limitaciones en estos campos.

Continúa en Estudiar improvisación II

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